Instagram es una de las plataformas sociales con mayor crecimiento de los últimos tiempos. Por eso no es casualidad que Facebook la haya adquirido. Los usuarios más jóvenes se están trasvasando en masa a esta red, escapando en gran medida del control de sus padres, que ya pueblan Facebook desde hace años y siguen en aumento.
Esta migración de jóvenes a Instagram es una buena noticia para la plataforma, ya que no solo le está aportando un mayor protagonismo, sino que también le proporciona usuarios que son nativos en la era digital y que, por tanto, tienen un mayor recorrido que otros no tan familiarizados con estos canales.
Sin embargo, las novedades no terminan ahí. Si bien Instagram surgió para ilustrar la vida con imágenes (especialmente las más anecdóticas e impactantes), su finalidad ya está cambiando como consecuencia del uso que sus usuarios más jóvenes le están dando. Recordemos que las nuevas generaciones son cada vez más visuales y esto supone que el vídeo se coloca en el centro de todas las miradas. Esto explica que no sea casualidad el lanzamiento hace ya un tiempo de Instagram Video, que permite la grabación, edición y publicación de vídeos de 15 segundos, el doble de tiempo que su rival Vine.
Y tampoco es pura coincidencia la expansión de la nueva app Boomerang desde la segunda mitad de 2015. Sus vídeos más desenfadados y divertidos se están haciendo un importante hueco en las publicaciones de Instagram. ¿Pueden significar estas innovaciones y avances un cambio real en las funciones de esta plataforma? Es posible. Y no sería la primera vez que esto pasa con una red social.
El vídeo en Instagram, mimado por las marcas
De hecho, las grandes marcas, sobre todo las que mejor uso dan a Instagram, son conscientes de este fenómeno. Sin ir más lejos, una de ellas, Red Bull, otorga un enorme peso a los vídeos en su perfil oficial. Así, de sus últimas 100 publicaciones, el 41% son vídeos. De media, tienen 354.812 reproducciones y 81.674 ‘likes’, lo cual son unas significativas cifras de interacción (el 8% de su volumen total de seguidores). El 59% restante sigue dedicado a las fotos, eso sí, muy impactantes y tras las que hay un gran trabajo de creatividad y producción detrás (el contenido de calidad es vital…y viral).
Aunque las fotos no tienen un contador de reproducciones o clicks como sí incluyen los vídeos (lo cual es una asignatura pendiente para Instagram), su volumen de likes es ligeramente inferior al de los vídeos (81.371 ‘likes’ por foto), lo cual podría explicar la estrategia de apostar con fuerza por el material más visual. Obviamente este es un análisis somero, que habría que corroborar con estadísticas más detalladas, a las que solo Red Bull tiene acceso y que seguramente corroboran que el vídeo tiene un impacto cada vez mayor.
El lanzamiento de productos ya se está realizando a través de campañas con vídeos de solo 15 segundos y en los que no se evidencian grandes producciones, sino ideas originales y muy cercanas al usuario, que tiende a interaccionar con marcas más humanas y similares a él.
Acercarse al lenguaje y terreno del usuario
Las compañías saben que no es necesario hacer grandes inversiones publicitarias, sino que la clave ahora está (quizás lo estuvo siempre) en ir al encuentro del consumidor, usar su mismo lenguaje, sus mismas herramientas (que no se suelen corresponder con las de las empresas). Eso sí, son muy receptivos a contenidos sorprendentes, dado que a diario están expuestos a una saturación informativa como nunca se vio antes.
Es ahí donde el vídeo tiene una relevancia determinante. Y por este motivo se está convirtiendo en uno de los reyes de la información. Según algunos informes, el vídeo supondrá el 80% de todo el contenido que se consuma en Internet en 2018, es decir, a la vuelta de la esquina. Y es que los medios de comunicación tradicionales han tenido que adaptarse al mundo audiovisual, algo que solo pueden hacer de forma eficiente a través de la Red. Enfrente a esos medios de referencia de otros tiempos surgen otros que hablan ya el lenguaje de los nativos digitales, como el Huffington Post, que otorga al vídeo (a todo tipo de vídeos) un lugar más que destacado y que titula y escribe sus noticias con la estructura en la que fluyen los mensajes en las redes sociales. El vídeo es más real. Es más como los usuarios, como nosotros. Quizás ahí está la clave última de su éxito.
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