Cómo grabar un vídeo promocional – Metodología de trabajo
El proceso de producción de vídeos puede ser muy sencillo o muy complejo, dependiendo mucho del estilo de vídeo. Y es que no es lo mismo grabar un videoclip que un anuncio publicitario o un vídeo corporativo. Pero la realidad es que en todos tenemos que seguir las mismas fases:
- Preproducción: se trata de un paso clave, ya que es el momento en el que se fija el concepto de producción que va a ejecutarse. Se esboza la idea, se fijan las metas y se planea el proyecto. Esto es, se dispone todo lo necesario para que la grabación se lleva a cabo sin dificultad.
- Producción: es la fase en la que se lleva a cabo el rodaje en sí y se ponen en práctica todos los planes que se han hecho en la fase de preproducción. Todo el equipo trabaja de manera conjunta de manera que las imágenes audiovisuales se creen como se planificó. Se pone en marcha el guión siguiendo las directrices del director y se ruedan las imágenes.
- Postproducción: el material grabado se edita para darle un ritmo especial, por lo que se trata de una etapa primordial del proceso. Es el momento en el que se decide qué escenas se suprimen cuáles se amplían o acortan y a qué escenas se le dan más énfasis. Además, se incluyen los efectos melódicos, los efectos especiales, las imágenes de soporte y cualquier otro recurso parecido que se requiera.
Cómo grabar un vídeo promocional – Ventajas
Los vídeos promocionales sirven para enseñar a los consumidores aquello que deseamos publicitar pero de una forma más atractiva, a través de una adecuada combinación de fotos, palabras, piezas de audio y otros recursos audiovisuales para conseguir que nuestro vídeo transmita los principios y el mensaje que deseamos de la manera más óptima posible.
Además, si nuestra meta es incrementar los beneficios, el vídeo siempre resulta mucho más impactante y directo. Gracias a ellos, conseguimos conectar con muchos usuarios de un perfil específico por una inversión muy económico, consiguiendo un ROI muy interesante. Hay que recordar que este tipo de vídeos promocionales se propagan con mayor facilidad, por lo que las posibilidades de que se acaben viralizando son más elevadas.
El argumento principal para optar por los vídeos promocionales es el de publicitar la marca o un producto o servicio de la misma de la forma más eficaz y económica posible. Pero los beneficios que reporta el vídeomarketing son mucho mayores.
- Aquellos vídeos que están bien optimizados, presentan ciertos requisitos de calidad y son útiles gustan a los consumidores, por lo que los motores de búsqueda los posicionan mejor en la lista de resultados. De esta forma, podemos mejorar la visibilidad y potenciar la reputación de marca. Los vídeos son la manera más eficaz de expresar información, siendo el formato más popular y que más se comparte en la red.
- Incrementa la tasa de conversión, lo que, evidentemente es una de las mayores ventajas de este tipo de contenidos. Según diversos estudios, las conversiones de una landing page aumentan en torno a un 80% cuando utilizamos contenidos audiovisuales. Además, 9 de cada 10 compradores online reconocen que visualizan vídeos antes de comprar y que esto les resulta muy útil en el momento de tomar su decisión de compra. Además, puede lograr hasta tres veces más engagement en los medios sociales.
- Contribuye a mejorar el posicionamiento natural en los buscadores. Una adecuada optimización de los vídeos hará que escalen hasta los primeros puestos de Google mediante el canal de Youtube, de modo que seremos encontrados por más consumidores y conseguiremos más tráfico.
- Transmitir el mensaje necesario y llamar la atención de los consumidores. Los formatos audiovisuales avivan un mayor interés en los potenciales clientes y consiguen que el anuncio se entienda y se recuerde mejor.
- Mejora la reputación de tu compañía y ayuda a reforzar la imagen de marca. Además, es una forma de hacer que tu imagen sea percibida como más fresca y actual. Eso sí, no olvides seleccionar gamas de tonalidades, sonidos y elementos gráficos que vayan alineados con la imagen corporativa de tu empresa si buscas sobresalir por encima de tus competidores.
Antes de ponernos a crear un vídeo, contratar a una compañía para ello o incluso sopesarlo, es otro tipo de cuestión que quiera darse a conocer. Generalmente, cuando se destina al usuario, es más sencillo y claro, sin detenerse en tantos aspectos técnicos.
Vídeos testimoniales: suelen mostrar a otros clientes expresando su opinión sobre el producto o servicio, relatando su experiencia en diferentes puntos de la compra o el funcionamiento del producto en sí. Un magnífico reclamo para potenciales clientes de forma que se sientan atraídos por nuestros productos o servicios.
Vídeos corporativos: son los vídeos en los que aparecen distintas imágenes de la empresa, su actividad, sus productos o servicios, y sus trabajadores. Suelen centrarse en explicar la cultura empresarial y los principios de la misma, así como los deberes internos y externos y las colaboraciones que lleva a cabo en actos y causas sociales.
Vídeos tutoriales: son esos en los que se enseña al consumidor cómo usar utilizar un producto, armarlo o utilizarlo de manera correcta. Su finalidad no es intentar vender sino que sepa cómo usarlo, lo que cubrirá su requerimiento y, por tanto, hará que sea más fiel a la marca. Piensa que si es un producto complicado, si no sabe utilizarse de manera correcta, la percepción sobre la empresa será exactamente la contraria.
