Promoción video

Promoción video – Beneficios:

Algunos de nuestros trabajos de vídeos

Algunos de nuestros clientes

Promoción video – Metodología de trabajo

El proceso de producción de vídeos puede ser muy sencillo o muy complicado, dependiendo mucho del estilo de vídeo. Y es que no es lo mismo rodar un videoclip que un anuncio publicitario o un vídeo de empresa. Pero lo cierto es que en todos se deben seguir los mismos pasos:

1. Preproducción: es un paso primordial, puesto que es la parte en la que se fija la idea de producción que va a ejecutarse. Se esboza la idea, se fijan las metas y se planifica el proyecto. Es decir, se dispone todo lo necesario para que la producción se lleva a cabo sin dificultad.
2. Producción: es la fase en la que se lleva a cabo el rodaje en sí y se ponen en marcha todos los planes que se han hecho en la etapa de preproducción. Todo el equipo trabaja de manera conjunta de manera que las imágenes audiovisuales se creen del modo en el que se planificó. Se pone en marcha el guión teniendo en cuenta las directrices del director y se ruedan las imágenes.
3. Postproducción: el contenido obtenido se edita para darle un ritmo concreto, por lo que se trata de una etapa esencial del proceso. Es el momento en el que se selecciona qué partes se suprimen cuáles se aumentan o abrevian y a qué partes se le dan más fuerza. Además, se incorporan los efectos melódicos, los efectos especiales, las fotografías de soporte y cualquier otro procedimiento similar que se requiera.

Promoción video – Ventajas

Los vídeos promocionales son muy adecuados para enseñar a los consumidores aquello que queremos publicitar pero de una forma más atractiva, mediante una óptima composición de imágenes, textos, sonidos y otros elementos audiovisuales para lograr que nuestro vídeo transmita los principios y el mensaje que deseamos de la manera más eficiente posible.

Además, si nuestro propósito es aumentar la facturación, el vídeo siempre es mucho más llamativo y directo. De esta forma, conseguimos llegar a muchos consumidores de un perfil específico por una inversión muy económico, logrando un ROI muy interesante. Hay que tener en cuenta que este tipo de vídeos promocionales se propagan con mayor facilidad, por lo que las posibilidades de que se acaben viralizando son más altas.

El argumento principal para optar por los vídeos promocionales es el de publicitar la marca o un producto o servicio de la misma de la manera más eficiente y barata posible. Pero las ventajas que aporta el vídeomarketing son mucho más amplias.

• Aquellos vídeos que están bien optimizados, presentan ciertos estándares de calidad y son útiles gustan a los consumidores, por lo que los motores de búsqueda los los sitúan en una mejor posición en la lista de resultados. De este modo, es posible mejorar la visibilidad y potenciar la reputación de marca. Los vídeos son la manera más eficaz de transmitir información, siendo el contenido más popular y que más se difunde en la red.
• Incrementa la tasa de conversión, lo que, obviamente supone uno de los grandes beneficios de este tipo de estrategias. Según diferentes estudios, las conversiones de una página de aterrizaje aumentan en torno a un 80% cuando utilizamos contenidos audiovisuales. Además, 9 de cada 10 compradores online aseguran que ven vídeos antes de comprar y que esto les resulta de gran utilidad a la hora de decidirse a comprar. Además, puede lograr hasta tres veces más reacciones y comentarios en los medios sociales.
• Ayuda a mejorar el posicionamiento natural en los motores de búsqueda. Una adecuada mejora de los vídeos hará que suban hasta las primeras posiciones de Google mediante el canal de Youtube, de manera que seremos encontrados por más internautas y lograremos más visitas.
• Expresar el mensaje necesario y captar la atención de nuestra audiencia. Los contenidos audiovisuales despiertan un mayor interés en los potenciales clientes y hacen que el mensaje se comprenda y se recuerde mejor.
• Mejora el branding de tu negocio y ayuda a fortalecer la imagen de marca. Además, es una forma de hacer que tu imagen sea entendida como más fresca y moderna. Eso sí, recuerda elegir gamas de tonalidades, sonidos e imágenes que vayan alineados con la filosofía corporativa de tu empresa si quieres sobresalir por encima de la competencia.

Antes de ponernos a preparar un vídeo, contratar a una compañía para ello o incluso plantearlo, es muy importante que tengamos claro cuál es la mejor alternativa para cada objetivo y cada labor, saber muy bien qué es lo que queremos lograr y todas las opciones y ventajas y desventajas de cada uno. A continuación, te explicamos los diferentes tipos de vídeos promocionales que podemos desarrollar.

• Vídeo publicitario: se trata del típico anuncio publicitario en el que se enseña el producto o información sobre la empresa y que aliente al consumidor a adquirirlo. Este tipo de vídeos deben ser cortos y claros, yendo al grano a la hora de dar el mensaje para que no resulte confuso y tedioso.
• Vídeos de presentación: es uno de los más conocidos y aconsejables, por lo que es uno de los más usados por las empresas. Son aquellos vídeos que permiten a la compañía presentar un producto, servicio o cualquier otro otra cosa que quiera promocionarse. Generalmente, cuando se destina al consumidor, es más sencillo y directo, sin detenerse en tantos detalles técnicos.
• Vídeos testimoniales: suelen mostrar a otros compradores dando su opinión sobre el producto o servicio, relatando su experiencia en distintos aspectos de la compra o el funcionamiento del producto en sí. Un magnífico reclamo para potenciales clientes de modo que se interesen por nuestros productos o servicios.
• Vídeos corporativos: son aquellos vídeos en los que se muestran diferentes imágenes de la empresa, su labor, sus productos o servicios, y sus trabajadores. Suelen enfocarse en explicar la cultura corporativa y los valores de la misma, además de los deberes internos y externos y las cooperaciones que realiza en actos y causas sociales.
• Vídeos tutoriales: son esos en los que se muestra al usuario la manera de utilizar un producto, montarlo o usarlo de forma óptima. Su propósito no es intentar vender sino que aprenda a usarlo, lo que satisfacerá su requerimiento y, en consecuencia, hará que sea más leal a la marca. Piensa que si se trata de un producto complicado, si no sabe usarse de manera correcta, la percepción sobre la marca será justamente la opuesta.

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