Vídeo promocional madrid – Metodología de trabajo
El procedimiento de producción de vídeos puede ser muy fácil o muy complejo, según el tipo de vídeo. Y es que no es lo mismo grabar un videoclip que un anuncio publicitario o un vídeo de empresa. Pero la realidad es que en cualquiera de ellos tenemos que seguir las mismas fases:
- Preproducción: es un paso clave, puesto que es la parte en la que se determina el concepto de producción que va a ejecutarse. Se diseña la idea, se marcan las metas y se planea el proyecto. Esto es, se dispone todo lo necesario para que la grabación se lleva a cabo sin dificultad.
- Producción: es la fase en la que se lleva a cabo el rodaje en sí y se ponen en marcha todos los planes que se han realizado en la fase de preproducción. Todo el personal colabora de forma conjunta de manera que las imágenes audiovisuales salgan como se planificó. Se pone en práctica el guión teniendo en cuenta las directrices del director y se graban las imágenes.
- Postproducción: el material grabado se edita para darle un ritmo especial, por lo que se trata de una etapa primordial del proceso. Es el momento en el que se decide qué escenas se eliminan cuáles se aumentan o abrevian y a qué escenas se le dan más énfasis. Además, se incorporan los efectos musicales, los efectos especiales, las imágenes de soporte y cualquier otro recurso parecido que se requiera.
Vídeo promocional madrid – Ventajas
Los vídeos promocionales son de gran utilidad para enseñar al público aquello que deseamos dar a conocer pero de una forma más atractiva, a través de una adecuada combinación de imágenes, palabras, piezas de audio y otros recursos audiovisuales para lograr que nuestro vídeo exprese los valores y el mensaje que deseamos de la manera más eficiente posible.
Además, si nuestro objetivo es incrementar la facturación, el vídeo siempre es mucho más llamativo y directo. De esta manera, logramos conectar con muchos consumidores de un perfil específico por un coste muy asequible, consiguiendo una rentabilidad muy interesante. Hay que tener en cuenta que este tipo de vídeos promocionales son compartidos con mayor facilidad, por lo que las posibilidades de que se terminen haciendo virales son más altas.
El argumento principal para decantarse por los vídeos promocionales es el de dar a conocer la marca o un producto o servicio de la misma de la forma más eficiente y económica posible. Pero las ventajas que ofrece el vídeomarketing son mucho más amplias.
- Aquellos vídeos que están bien optimizados, presentan ciertos requerimientos de calidad y son útiles gustan a los usuarios, por lo que los motores de búsqueda los posicionan mejor en la lista de resultados. De esta forma, es posible mejorar la visibilidad y fortalecer la reputación de marca. Los vídeos son la forma más eficiente de expresar información, siendo el contenido más popular y que más se propaga en la red.
- Incrementa la tasa de conversión, lo que, obviamente supone una de las mayores ventajas de este tipo de estrategias. Según diferentes análisis, las conversiones de una página de aterrizaje aumentan en torno a un 80% cuando utilizamos contenidos audiovisuales. Además, El 90% de los compradores online aseguran que ven vídeos antes de comprar y que esto les resulta muy útil a la hora de tomar su decisión de compra. Además, puede conseguir hasta tres veces más reacciones y comentarios en los medios sociales.
- Ayuda a mejorar el posicionamiento natural en los motores de búsqueda. Una buena mejora de los vídeos hará que escalen hasta los primeros puestos de Google mediante el canal de Youtube, de modo que seremos encontrados por más internautas y lograremos más visitas.
- Transmitir el mensaje necesario y captar la atención de nuestro público objetivo. Los formatos audiovisuales avivan un mayor interés en los potenciales clientes y consiguen que el anuncio se comprenda y se recuerde mejor.
- Mejora la reputación de tu empresa y contribuye a reforzar la identidad de empresa. Además, es una manera de hacer que tu imagen sea entendida como más novedosa y moderna. Eso sí, recuerda seleccionar paletas de colores, sonidos y elementos gráficos que vayan en consonancia con la filosofía corporativa de tu empresa si quieres destacar por encima de la competencia.
Antes de lanzarnos a preparar un vídeo, pagar a una compañía para ello o incluso plantearlo, es fundamental que tengamos claro cuál es la mejor alternativa para cada meta y cada tarea, saber perfectamente qué es lo que buscamos lograr y todas las opciones y ventajas y desventajas de cada uno. A continuación, te contamos cuáles son los diferentes tipos de vídeos promocionales que podemos llevar a cabo.
- Vídeo publicitario: estamos hablando del clásico anuncio promocional en el que se exhibe el producto o información sobre la empresa y que empuje al consumidor a tomar la decisión de compra. Este formato de vídeos deben ser breves y concisos, yendo directo dar el mensaje para que no sea confuso y aburrido.
- Vídeos de presentación: es uno de los más conocidos y recomendables, por lo que es uno de los más usados por las marcas. Son aquellos vídeos que permiten a la compañía mostrar un producto, servicio o cualquier otro otra cosa que quiera promocionarse. Generalmente, cuando se destina al usuario, es más fácil y claro, sin detenerse en tantos detalles complejos.
- Vídeos testimoniales: suelen mostrar a otros usuarios dando su opinión en lo que respecta al producto o servicio, relatando su experiencia en diferentes aspectos de la compra o el funcionamiento del producto en sí. Un excelente reclamo para potenciales clientes de modo que se sientan atraídos por nuestros productos o servicios.
- Vídeos corporativos: son los vídeos en los que se muestran diferentes imágenes de la empresa, su labor, sus productos o servicios, y sus trabajadores. Suelen enfocarse en explicar la filosofía corporativa y los principios de la misma, así como los compromisos internos y externos y las colaboraciones que realiza en actos y proyectos sociales.
- Vídeos tutoriales: son esos en los que se muestra al usuario la manera de usar un producto, montarlo o usarlo de forma óptima. Su objetivo no es intentar vender sino que sepa cómo usarlo, lo que cubrirá su necesidad y, por tanto, logrará que sea más fiel a la marca. Ten en cuenta que si se trata de un producto complicado, si no sabe usarse de manera correcta, la percepción sobre la marca será justamente la opuesta.
