La aparición de nuevas tecnologías ha cambiado por completo la manera en la que recibimos y entendemos la información, por lo que cada vez se vuelve más necesario crear contenidos que resulten atractivos desde el punto de vista visual e interactivos para llamar la atención del consumidor. Por eso, el Inbound Marketing Video es una estrategia cada vez más usada por las marcas, empresas, profesionales e instituciones para dar a conocer sus productos o servicios.
Un fenómeno en el que ha tenido también mucho que ver Internet, que ha permitido que los vídeos hayan pasado a ser interactivos, medibles y virales. Las personas reaccionan mucho mejor ante los vídeos, dejan comentarios y los comparten a través de diversas plataformas sociales y herramientas como el email marketing, por lo que es posible obtener miles de visitas en cuestión de minutos. Con la ventaja de que su impacto puede calcularse fácilmente a través de reportes.
Tal es su éxito que actualmente más del 80% del contenido que circula por la red es en formato vídeo, lo que supone una importante adaptación de la forma en la que las marcas se comunican con sus clientes. De esta forma, los mensajes se han ido volviendo cada vez más creativos para conseguir una auténtica conexión con su público. Un formato que llama rápidamente la atención del espectador y que requiere de menor esfuerzo de comprensión que un texto. Pero además, entretienen, cuentan historias, transmiten experiencias y suelen apelar a las emociones.
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Consejos para implementar el Inbound Marketing Video de una manera eficaz
Los seres humanos somos visuales por naturaleza y lo primero que capta nuestra atención es el contenido que recibimos a través de los ojos. Sin embargo, para que nuestra estrategia de Inbound Marketing Video sea efectiva, no vale con cualquier tipo de vídeo.
1. Duración óptima
Todo vídeo debe tener una duración óptima. Si es demasiado breve, el espectador se quedará con ganas de más, y si es demasiado extenso, lo más probable es que se aburra y que termine marchándose. Lo ideal es que tenga como mínimo 40 segundos y como máximo 4 minutos.
2. Calidad
Un vídeo con una mala iluminación, cortes inesperados o un sonido de poca calidad solamente te traerá malas críticas. Por eso, es fundamental cuidar mucho este tipo de aspectos para mejorar la imagen de la marca. Cuanto más profesional sea el contenido, mucho mejor.
3. Creatividad
Un vídeo no solamente debe ser capaz de llamar la atención de la audiencia, sino también de apelar a sus emociones, tanto individuales como familiares y colectivas. En cualquier caso, recuerda que la información siempre debe ser relevante y verídica para que despierte el interés de tu público.
4. Segmentación
Muchas veces queremos llegar a un gran público genérico, pero otras necesitamos segmentar a nuestro público para llegar a un target muy concreto. Esta última opción suele ser la más habitual si hemos hecho un estudio de mercado, ya que los clientes potenciales se verán más impulsados a la compra si reciben un mensaje personalizado. Gracias a ello, tus vídeos generarán mayor confianza y credibilidad, y una mayor interacción.
5. Accesibilidad
El acceso a los vídeos siempre debe ser gratis. De lo contrario, difícilmente podrá hacerse viral en las redes sociales. ¿Acaso has pagado alguna vez por ver un anuncio? Lo ideal es subirlo a Youtube y compartirlo también en redes sociales como Facebook, Linkedin y Twitter.